Contenido
El amarillamiento se denomina clorosis y se produce cuando hay cosas que interfieren con la clorofila de la planta. Este es el pigmento vegetal que está detrás de sus hermosos colores verdes. Las hojas amarillentas son una señal de que tus plantas necesitan ayuda. Descubra por qué ocurre esto y qué hacer al respecto en este artículo.
¿Por qué las hojas de las plantas de interior se vuelven amarillas?
Aunque elijas las mejores plantas de interior, pueden ponerse amarillas. ¿Por qué cambia el color?
¿Por qué las hojas de las plantas se vuelven amarillas y cómo solucionarlo? 🤔🌿#jardinatis #hojasamarillas #iñigosegurola https://t.co/43OlWcLC7q
— Jardinatis (@jardinatis) June 17, 2022
Causas relacionadas con el sustrato
La falta de sustrato suele provocar el amarillamiento del follaje. Esto es especialmente cierto en el caso de las plantas en maceta, que están más expuestas al agotamiento del suelo, y puede ser causado por la falta de :
- Magnesio: esto se llama clorosis. Debido a la desaparición de la clorofila, el amarillamiento afecta primero a los bordes de las hojas y se extiende a las venas. Cualquier especie vegetal puede verse afectada.
- Hierro: los mismos síntomas que la clorosis.
- Potasio: especialmente para arbustos y árboles cultivados en suelos muy ácidos, muy calcáreos o de textura ligera.
- Fósforo: todas las plantas pueden verse afectadas, pero este tipo de carencia sigue siendo muy rara en los espacios verdes. Otras posibles causas son las fuertes lluvias o la lixiviación de fosfatos de los suelos ácidos. Los suelos turbios, arcillosos, pesados o formados sobre una costra ferruginosa son especialmente propensos a la carencia de fósforo.
- Nitrógeno: afecta a todas las plantas. Un suelo arenoso o pobre o un volumen limitado de tierra (macetas) pueden provocar este tipo de carencia.
Sustrato de riego
Un riego excesivo suele provocar el amarillamiento de las hojas, especialmente en el caso de las plantas en mesas de cultivo o en macetas. Un sustrato demasiado empapado puede provocar una putrefacción irreparable de las raíces. Las plantas no pueden alimentarse adecuadamente, sus hojas se vuelven amarillas y luego mueren. Antes de regar, siempre es mejor esperar a que el sustrato esté seco. Evite dejar agua estancada en los platillos, ya que a la mayoría de las plantas no les gusta tener los pies en el agua.
Sin embargo, tenga en cuenta que la falta de agua también puede provocar el amarillamiento y el rápido marchitamiento de las hojas.
Causas relacionadas con la exposición
A la mayoría de las plantas no les gustan las fuertes fluctuaciones de temperatura ni las corrientes de aire. Por lo tanto, asegúrese de que sus plantas en maceta no estén sometidas a ellas. La luz solar también es importante: una planta a media sombra expuesta a la luz solar directa puede mostrar signos de amarilleamiento. Por el contrario, las plantas amantes del sol se deteriorarán lejos de las fuentes de luz.
¿Cómo tratar las plantas de interior que amarillean?
En primer lugar, debes comprobar que tu planta no está infestada por un parásito o que no está enferma. Si lo es, tendrá que darle un tratamiento especial. Para obtener asesoramiento experto, acuda a un centro de jardinería.
Por otro lado, si el problema está relacionado con la falta o el exceso de agua, es imprescindible reequilibrar el riego. Para ello, hay que esperar a que la superficie de la tierra esté seca antes de regarla. Además, no riegue con agua demasiado fría o demasiado caliente. El agua debe estar siempre a temperatura ambiente.
Aparte de eso, si el sustrato de la planta adolece de falta de hierro, nitrógeno u otros minerales esenciales, hay que alimentar la tierra con un abono adecuado.
Por último, si su planta está colocada en un lugar con corrientes de aire o expuesta al sol cuando hace calor, trasládela a otro lugar más propicio para su desarrollo. Además, asegúrate de mantenerlo alejado de las fuentes de calor en invierno (radiadores, chimeneas, etc.).