Contenido
- 1 Consejo 1: Siga las reglas correctas al usar su lavadora
- 2 Consejo 2: Bicarbonato de sodio anticalcáreo
- 3 Consejo 3: El vinagre blanco como suavizante
- 4 Consejo 4: El aloe vera, un suavizante natural
- 5 Consejo 5: Glicerina para un suavizante deliciosamente perfumado
- 6 Consejo 6: El limón, otro potente desincrustante
Nuestros hábitos diarios de lavado y cuidado pueden envejecer fácilmente nuestras toallas. Después de un tiempo, se vuelven ásperas y desagradables al tacto. Entonces, ¿qué se puede hacer para que vuelvan a ser suaves? Hay trucos.
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Consejo 1: Siga las reglas correctas al usar su lavadora
Para que las toallas salgan suaves y sedosas de la lavadora, hay que seguir ciertas reglas:
Lava a baja temperatura (por ejemplo, 40 °C) para preservar las fibras de tus tejidos;
Lava la toalla de baño por separado para proteger las fibras de tu ropa de los botones y cremalleras que podrían tirar de ellas;
Lava la toalla por separado para proteger las fibras de la ropa de los botones y cremalleras que pueden tirar de ellas; – Utiliza la cantidad adecuada de detergente para evitar los depósitos de producto en las toallas, que tienden a hacerlas más ásperas, y acláralas bien (utiliza el modo Aclarado+ de tu lavadora si es necesario);
no sobrecargue el tambor para limitar los efectos de la fricción y preservar las fibras de sus toallas.
Además de estas medidas, también es mejor evitar el uso de suavizantes. Este producto tiende a reducir la capacidad de absorción de las toallitas. Como alternativa, prefiera los suavizantes caseros elaborados con productos naturales que son más respetuosos con la calidad de sus tejidos.
Consejo 2: Bicarbonato de sodio anticalcáreo
La razón por la que sus toallas pierden su suavidad se debe principalmente a la cal. Para remediarlo, puedes utilizar bicarbonato de sodio. Este producto limita la acumulación de cal. Para ello, basta con añadir de 1 a 2 cucharadas de este producto de limpieza a la bañera antes de iniciar el lavado.
Consejo 3: El vinagre blanco como suavizante
Al igual que el bicarbonato de sodio, el vinagre blanco desodoriza y combate eficazmente los depósitos de cal que hacen que sus toallas sean ásperas. Para usarlo, utilícelo como sustituto de su suavizante. Mezcla 2 cucharadas de vinagre con agua mineral perfumada con unas gotas de aceite esencial. A continuación, puede verter la mezcla directamente en la lavadora.
Para una limpieza aún más suave, puedes sumergir tus toallas de baño en un recipiente con agua fría, limón y vinagre blanco. A continuación, puede seguir con un lavado a máquina.
Consejo 4: El aloe vera, un suavizante natural
Para aprovechar sus propiedades suavizantes, sumerge tus toallas de baño durante 2 horas en un recipiente con agua que contenga aloe vera. Utilice una cucharada de gel por cada litro de agua.
Consejo 5: Glicerina para un suavizante deliciosamente perfumado
Para ello, mezcla 5 cucharadas de glicerina con unas 30 gotas de aceite esencial y agua mineral o destilada. Después de remover bien la mezcla, puedes verterla en el cajón del suavizante de tu lavadora.
Hay otra receta a base de glicerina que es igual de efectiva. Hervir un poco de almidón de arroz durante unos segundos. Sin dejar de remover, se mezcla con 1,5 litros de agua. A continuación, añade a la solución medio litro de vinagre blanco y 10 g de glicerina. También puedes añadir unas gotas de aceite esencial a la mezcla. Para utilizar la mezcla, basta con poner de 1 a 3 cucharadas de la solución resultante en la lavadora.
Consejo 6: El limón, otro potente desincrustante
Sustituyendo el suavizante habitual por zumo de limón, puedes decir adiós a las toallas ásperas y endurecidas por la cal.