Contenido
- 1 ¿De dónde surgió la idea de cultivar sin abono?
- 2 ¿Cuáles son las ventajas de la siembra directa?
- 3 ¿Cómo empezar un huerto sin labranza?
- 4 ¿Es la siembra directa adecuada para todo tipo de hortalizas?
- 5 Se cuestionan las técnicas de siembra directa
- 6 Australia es líder en el uso de la agricultura natural sin labranza
¿Ha oído hablar de este método de cultivo sin labranza? En el pasado, parecía totalmente imposible plantar sin trabajar la tierra. Sin embargo, hoy en día muchos agricultores se han vuelto adeptos a esta técnica. Y atestiguan su eficacia en la fertilidad del suelo y otros beneficios medioambientales. Descubra más en este artículo.
¿De dónde surgió la idea de cultivar sin abono?
Antes de explicar los beneficios de la siembra directa, debemos conocer sus orígenes. El filósofo y activista medioambiental japonés Masanobu Fukuoka estudió esta técnica. Es una agricultura de conservación que consiste en cultivar sin arar la tierra.
Durante sus estudios, este investigador trató de enfocar la agricultura de una manera completamente diferente. Su objetivo era encontrar un método eficaz que produjera una mejor cosecha pensando también en la salud del suelo.
Desde entonces, muchos agricultores se han interesado por su técnica y la han aplicado. Hoy en día, la agricultura natural se ha convertido en uno de los sistemas más conocidos para la conservación del suelo.
¿Cuáles son las ventajas de la siembra directa?
El método de siembra directa tiene muchas ventajas. También contribuye realmente a mejorar el rendimiento de los cultivos.
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Un beneficio ecológico
La siembra directa no sólo ahorra tiempo y esfuerzo. Sobre todo, protege el suelo de la erosión. Además, se ahorra más energía al evitar la excavación.
Aumento de la fertilidad del suelo
La siembra directa también preserva los componentes fértiles del suelo. En lugar de cavar, basta con colocar mantillo o material vegetal en la superficie del suelo. El proceso de descomposición transforma esta materia orgánica en un rico abono natural para el suelo.
Una ventaja en la economía
Al elegir el sistema de siembra directa, ya no es necesario pagar a un jardinero para que arme la tierra. También puedes ocuparte tú mismo de cultivar las verduras. De este modo, no tendrá que gastar en costes de mano de obra.
Detener las malas hierbas
Una de las mayores ventajas de este método es que puede decir adiós a las malas hierbas. Si la tierra no se remueve, las malas hierbas no pueden crecer. Sin embargo, también puede realizar un desbroce manual.
¿Cómo empezar un huerto sin labranza?
Para poner en práctica esta técnica, sólo hay que seguir unos pocos pasos:
- Prepara el terreno donde quieres plantar las hortalizas.
- Colocar la primera capa de abono.
- Puedes poner cartón para acelerar el proceso.
- Coloque más capas de estiércol hasta que alcancen de 5 a 10 cm.
- Estas pocas capas formarán los lechos en los que se cultivará su plántula.
¿Es la siembra directa adecuada para todo tipo de hortalizas?
Cuando comience con el método de siembra directa, no plante ciertas hortalizas como las zanahorias o las patatas. Son plantas con raíces profundas. Por lo tanto, no pueden crecer adecuadamente en un suelo que aún no es estable.
Asegúrate también de regar bien las plantas jóvenes para favorecer su crecimiento.
Se cuestionan las técnicas de siembra directa
Aunque la técnica de la siembra directa ha demostrado su eficacia en muchos países, algunos agricultores siguen siendo contrarios a su uso. Creen que este método sólo es adecuado para zonas pequeñas. Esto también les lleva a creer que sólo los países en desarrollo lo necesitan por falta de recursos. Esto no es más que una idea errónea.
Toda esta desinformación se debe a la falta de formación y concienciación de estos agricultores.
Australia es líder en el uso de la agricultura natural sin labranza
Actualmente, Australia es líder en el uso de la siembra directa. En este país, casi el 67% de la tierra se cultiva de este modo. Los agricultores australianos se han dado cuenta de las ventajas de esta técnica. Gracias a su aplicación, ya no necesitaban utilizar mucho abono para fertilizar la tierra.
Este año, Australia ocupa el puesto 13 de la economía mundial.