Y ya, ya me hice el sueldo mínimo de Venezuela, me explica Paola. Y en un mes puede ganar 1. Su asociación se encarga de brindar apoyo a las mujeres que se acercan a ella. Ella se quedó a cargo de su hija de cuatro años. Paola no quiso traerla y tener que dejarla al cuidado de desconocidos cuando fuera a trabajar. Es difícil, murmura con cara triste, tenerla lejos. Para la niña también lo es: Le afecta mucho, mucho. Me dice: 'Deja el trabajo y vente'.
Entre los miles de clientes que cada mes contratan los servicios de mujeres que se dedican al lucrativo, y para algunos denigrante, negocio de la prostitución se camuflan hombres que dejan de verlas como un mero efecto. Hacen de lado el sexo y se enamoran. Me han traído rosas, chocolates y hasta ropa interior. Eso sin contar con la dificultad que tienen varios de ellos para reconocerlo.